7 de julio de 2009

Redes sociales: la persistencia remixada, Flavia Ricci

Resumen

Cada individuo está inserto en diversas estructuras en donde interactúa a diario. En los últimos años, hemos observado cómo han proliferado diversas redes, con nombres propios, en donde el individuo intenta fundarse. Pero ¿qué pasa con la identidad? ¿En dónde se genera cuando se trata de espacios virtuales? En este artículo se analiza el papel de las redes inteligentes en el contexto de las nuevas (y no tan nuevas) estructuras no presenciales.

Palabras clave:

Redes sociales, identidad, comunidades, grupos, individuos, equipos.


Introducción

Durante estos últimos años hemos sido testigos y/o partícipes de la emergencia de más y más nombres propios que buscan dar cabida a las innumerables interacciones sociales del ciberespacio. Pero más allá del nombre y apellido, de las opciones, las formas no han cambiado demasiado. Grupos, equipos, redes, comunidades.

Estructuras no presenciales, que se producen en un espacio cibernético virtual, agrupan a personas diversas que se comunican entre sí manteniendo un nivel de interacción que se prolonga en el tiempo. En suma, formas para comunicar y comunicarnos.

Bajo estos nombres, el individuo intenta fundarse, abriéndose paso entre una multitud de otros individuos que, como él, pretenden diferenciarse. Individuos que se alejan de la multitud cuando lo intentan, pero continúan formando parte de ella para que otros individuos puedan diferenciarse.

Definiendo las formas

Jones (1997) explica que para que un ciberlugar sea considerado como un asentamiento virtual, es necesario que cumpla una mínima serie de condiciones:

1. Un nivel mínimo de interactividad
2. Una variedad de comunicadores
3. Un nivel mínimo sostenido de miembros afiliados
4. Un espacio-público-común virtual donde se lleve a cabo una parte significativa de las CMO en grupo interactivas.

Dentro de estos asentamientos virtuales, podemos considerar a las comunidades de práctica. En 1998, Etienne Wenger afirma que “una comunidad de práctica se define a sí misma a lo largo de tres dimensiones: su empresa conjunta es comprendida y continuamente renegociada por sus miembros, el compromiso mutuo que une a sus miembros juntos en una entidad social y el repertorio compartido de recursos comunes (rutinas, sensibilidades, artefactos, vocabulario, estilos...) que los miembros han desarrollado a lo largo del tiempo”.

En este sentido, los trabajos de Wenger como los de Jean Lave apuntan a un cambio en la unidad de análisis: desde el contexto de los individuos al contexto de la comunidad. Tanto Wenger como su co-equiper, Jean Lave, hacen hincapié en el desarrollo de una identidad como miembro (en tanto miembro) de una comunidad.

La comunidad de práctica no es un equipo, donde el aprendizaje e interés de sus miembros es lo que los mantiene unidos. La comunidad se define por el conocimiento antes que por la tarea a realizar. Y existe por la participación y valoración de sus miembros. El ciclo de vida de una comunidad de práctica se define por el valor que da a sus miembros, no por una agenda.

Una comunidad de práctica tampoco es una red, porque siempre es “acerca de” algo, y no sólo un conjunto de relaciones. Una comunidad de práctica existe porque produce prácticas compartidas entre sus miembros a medida que estos se comprometen en un proceso colectivo de aprendizaje.

Acotando las redes a las redes sociales, podría tomarse la definición del Dr. Gustavo Aruguete (2001), que las define como “formas de interacción social, definida por un intercambio dinámico entre personas, grupos e instituciones en contextos de complejidad. Un sistema abierto y en construcción permanente, que involucra a conjuntos que se identifican en las mismas necesidades y problemáticas y que se organizan para potenciar sus recursos”.

De redes y comunidades

Si las comunidades se definen por el “qué”, las redes podrían hacerse por sus relaciones. En la actualidad, y gracias al énfasis en el pensamiento distribuido, lo importante no es poseer la información, sino relacionarse con las personas que tienen la información que necesitamos.

De ahí el poder viral que ejercen redes sociales como Facebook (1) o LinkedIn (2). Tanto una como otra red social se basa en la Teoría de los Seis Grados de Separación, formulada inicialmente en 1929 por el escritor húngaro Frigyes Karinthy en (3) una historia que denominó Chains.

Mientras que las comunidades son espacios cerrados, las redes ofrecen relaciones abiertas y dinámicas. El curso de Conectivismo de George Siemens, del que formé parte en 2008, inspiró la realización de un video (Drexler 2008) que muestra de qué se trata una red de aprendizaje hoy en día.

Lo importante es generar una ecología del aprendizaje en donde el individuo pueda y quiera participar. Así, Henry Jenkins (2006) afirma que los jóvenes del siglo XXI forman parte de una cultura participativa. Y si bien es cierto que muchas destrezas se aprenden de forma autodidacta, el autor aboga por una intervención política y pedagógica para abordar aspectos problemáticos como la brecha digital.

Dentro de las nuevas habilidades propuestas por Jenkins se encuentran:

1. Jugar: experimentar con lo que nos rodea como una forma de juego basado en la resolución de problema.

2. Actuar: la habilidad para adoptar identidades diferentes y alternativas con el propósito de descubrir.

3. Simulación: interpretar y construir modelos dinámicos del mundo real.

4. Apropiación: asumir una idea y reconvertirla en material multimedia.


5. Multitarea: rastrear el entorno y cambiar de objetivo si se necesita.

6. Cognición distribuida: interactuar con herramientas que nos permiten ampliar nuestras capacidades para pensar.

7. Inteligencia colectiva: reunir información y compararla con otros para un objetivo común.

8. Sentido común o criterio: evaluar la fiabilidad y la credibilidad de diferentes fuentes.

9. Navegación transmediática: seguir las corrientes de historias e informaciones a través de múltiples modalidades o medios.

10. Conexión: buscar, sintetizar y distribuir.

11. Negociación: moverse entre la diversidad de grupos, respetando perspectivas múltiples.

Con estas habilidades podría pasarse de las tecnologías interactivas a la cultura participativa. La cultura participativa emerge en el momento en que la cultura absorbe y da respuesta a la aparición de nuevas tecnologías de la comunicación que permiten a cualquier persona apropiarse, recircular o crear contenido.

Se trata de generar un proceso de aprendizaje a partir de afiliaciones (Facebook o MySpace), producción de contenido (Youtube), resolución de problemas de forma colaborativa (Wikipedia) o circulación de contenido (podcasting, blogs).

De la persona al efecto yo-yo

Esta claro que el protagonista continúa siendo el individuo. O, para decirlo en los términos de la revista estadounidense Time: la persona del año sigues siendo tú (Time Magazine 2006) En este contexto, Los Entornos Personales de Aprendizaje (Ricci 2009) van cobrando cada vez más importancia.

Y, por otra parte, ha habido un cambio en cuanto al lugar en donde se juega la identidad. Mientras que las comunidades lo son en tanto generan sentido de pertenencia al interior (es decir, el individuo se siente identificado con ese ámbito), la identidad en las redes pasa por los aportes que el individuo cree que puede hacer.

Mientras que la identidad en las comunidades está dentro de ellas y se dispersa en cada individuo, en las redes está en cada individuo. Es por ello que con una web en donde cada vez más personas navegan y muchas menos naufragan, queda claro que la identidad digital es un proceso individual que se genera y permanece dentro de cada uno.

En numerosas redes sociales no es tanto lo que pueden darnos como lo que muchos participantes asiduos consideran que tienen para dar: el efecto yo-yo queda definido en un doble sentido:

1. El protagonista es el individuo (que trae consigo sus nodos y redes)
2. Tal como sucede en el juego (Yo-yo), el individuo se aleja para diferenciarse pero debe regresar, en un movimiento incesante.

Conclusiones

En medio de los equipos, grupos, comunidades y redes a las que cada uno pertenece, lo cierto es que cada uno de nosotros es una red. Mientras que antes las redes se relacionaban con el control, ahora las redes se relacionan con compartir.

Y una vez más, con cada individuo como una base de datos dinámica, como una red, no está claro cómo va a compartirse el conocimiento y cómo podrá ser sistematizado. Si es que fuese posible. El desafío es dejar de ser una base de datos para ser una fuente de relaciones. Gatekeepers abstenerse.


Notas


(1) http://www.facebook.com/
(2) http://www.linkedin.com/
(3) Frigyes Karinthy. Wikipedia. En: http://es.wikipedia.org/wiki/Frigyes_Karinthy

Referencias

ARUGUETE, G. (2001). Redes sociales. Una propuesta organizacional alternativa [En línea]. Disponible en: http://practicasgrupales.com.ar//index.php?option=com_content&task=view&id=76 [Consulta: 31 de mayo de 2009]

JARVIS, J. (2006). Everybody’s a network [En línea]. Disponible en: http://www.buzzmachine.com/2006/05/21/everybodys-a-network/ [Consulta: 31 de mayo de 2009]

JENKINS, H. (2006). Confronting the Challenges of Participatory Culture: Media Education for the 21st Century [En línea]. Disponible en:< http://www.newmedialiteracies.org/files/working/NMLWhitePaper.pdf>. [Consulta: 31 de mayo de 2009]

JONES, Q. (1997). Virtual-communities, virtual settlements & cyber-archaeology: A theoretical outline [En línea]. Disponible en: http://jcmc.indiana.edu/vol3/issue3/jones.html. [Consulta: 31 de mayo de 2009]

RICCI, F. (2009) Las comunidades de práctica en un mundo de PLE, (Ricci 2009) Arquitectura del Conocimiento. En: http://arquitecturadelconocimiento.blogspot.com/2009/02/las-comunidades-de-practica-en-un-mundo.html [Consulta: 31 de mayo de 2009]

Time magazine’s ‘Person of the Year’ is ... You. (2009) Time Magazine's Dec. 25, 2006. En: msnbc.msn http://www.msnbc.msn.com/id/16242528/ [Consulta: 31 de mayo de 2009]
Yo-yo. Wikipedia. En: http://es.wikipedia.org/wiki/Yo-yo [Consulta: 31 de mayo de 2009]

WENGER, E. (1998). Communities of practice: Learning as a social system [En línea]. Disponible en: http://www.co-i-l.com/coil/knowledge-garden/cop/lss.shtml [Consulta: 31 de mayo de 2009]

ZAMORA, M. (2006). Redes sociales en Internet [En línea]. Disponible en: http://www.maestrosdelweb.com/editorial/redessociales/ [Consulta: 31 de mayo de 2009]

2 comentarios:

Andres Mazzitelli dijo...

Me gustó. Un pequeño ensayo. Qué tema que me gusta este. Felicitaciones

Flavia Ricci dijo...

Gracias Andrés. Teniendo en cuenta que han pasado varios años el artículo requiero de algunos ajustes ... Pero sigue siendo válido.