18 de diciembre de 2003

Consagrarse (Autora: Flavia Ricci)

Conversando ayer en la noche aquí en España con un amigo y viendo por la tele el anuncio de la película ‘Viven!’ que ‘estrenará’ Antena 3 de Barcelona, me acordé de una anécdota que me contaron en Argentina acerca de cómo en esa peli y mucho más en el libro se podían observar elementos tales como el liderazgo, la capacidad de trabajar en equipo, la identidad, las situaciones límite o a creatividad.

De ahí salté mentalmente a Carlos Bianchi, DT de Boca Juniors para más datos. Aunque reconozco que cuando alguien me pregunta de qué equipo soy respondo rápidamente y si la menor duda ‘De Argentina’, lo que me llevó a pensar en Bianchi fue su capacidad de hacer trabajar a cada uno de los jugadores de Boca como un equipo y de obtener resultados contundentes a la hora de la verdad. El fútbol tiene mucho de estrategia, de comunicación, y por allí ha pasado siempre mi interés. Personas como Jorge Valdano o Carlos Bianchi no pueden pasarse por alto en este sentido, comulgue una con sus políticas o no.

Yo lancé una frase que fue el disparador de esta acalorada conversación entre mi amigo catalán y yo:

(yo) - La Selección Argentina de Sub20 perdió 1-0 con Brasil
(él) - Sí, quedasteis afuera
(yo) - Sí, pero compensa que Boca ganó frente al Milan, y es un orgullo que un equipo argentino sea el mejor del mundo, y no por primera vez.
(él) - El caso es que los sudamericanos tienen que venir a consagrarse a Europa ...

Y esta frase fue el ‘no va más’ para mi escasa paciencia demostrada hasta el momento y mi cansancio en aumento a medida que avanzaba la madrugada por aquí.

Claro que refuté una y otra vez que los jugadores de fútbol argentinos y brasileros (ya que estaba hablando de los mejores del mundo incluí a nuestros hermanos limítrofes, nadie puede negarlo) no necesitan moverse de casa para consagrarse, y argumenté que la mayoría de jugadores americanos que conocía habían perdido la creatividad viniendo a Europa y se habían trasformado en robots al servicio de un negocio llamado Fútbol S. A. Que aquí casi ningún jugador había podido jugar como lo venía haciendo en Argentina o Brasil y que, por poner un ejemplo, supe que Román Riquelme había sido fichado por el Barça porque lo vi en el banquillo en más de una ocasión.

Y aquí comenzamos, con el fútbol como excusa, a hablar de temas tales como la creatividad, el negocio del deporte, los sponsor y la brecha comunicacional entre América y Europa.
Mi amigo dijo algo que me hizo reflexionar una vez más en la mirada limitada y eurocéntrica que existe en el Viejo Continente, y en la que los medios de comunicación tienen mucho que ver. ‘Los jugadores sudamericanos tienen que venir a Europa a consagrarse’, me disparó accidentalmente.
Es obvio que para alguien con una mirada (¿experiencia?) más amplia, no es que los jugadores no estén consagrados desde el vamos, desde que están jugando con creatividad en Argentina, sino que el tema pasa porque desde aquí, desde Europa, no se los conoce. Eso no los hace mejores ni peores a los jugadores, en todo caso una mirada centrada en ‘nosotros mismos’ hace más limitados a quienes la padecen. Hasta que otros les abren los ojos y les dicen ‘nosotros sabemos de ustedes, pero ustedes ¿qué saben de nosotros?’.

Esa es una piedra en el zapato y allí es en donde desde América estamos perdiendo las posibilidades que tenemos, en lugar de aprovechar esa ventaja competitiva. Si la ‘información es poder’, como dicen muchos, es América en donde se sabe mucho más de Europa o Estados Unidos que lo que se sabe en esos sitios de América.

¿Por qué entonces no hemos sido capaces de utilizar esa información? ¿Por qué nuestras voces siguen siendo acalladas o desoídas? ¿Por qué no se valora que la creatividad como valor agregado abunda en América y escasea en otros paraderos (me consta)?.

Quienes tenemos que darnos a conocer y hacer valer nuestras capacidades somos nosotros mismos. La anécdota de los jugadores de fútbol me hizo reflexionar sobre este tema de la brecha entre diversos países. No hablaré de países del Primer Mundo y del Tercer Mundo porque jamás he entendido el tema como una competencia y de hecho espero y ansío que Argentina jamás tenga algunas de las características que he visto en los países enriquecidos. Digo también enriquecidos con total y absoluto conocimiento de causa: ya que en donde hay personas pobres y muchas más que se han empobrecido, hay gente rica y muchos más que se han enriquecido (a costa de ...).

Los medios de comunicación tienen mucho que ver con la mirada parcial que lamentablemente (más que nada para ellos) se ofrece en el Viejo Continente. Hace más de 4 años que vivo en Barcelona, y toda vez que se debate acerca de la archifamosa brecha digital, de los monopolios en los medios de comunicación de los países enriquecidos y su influencia en los países empobrecidos, se cae en los mismos interrogantes y se olvidan los innumerables recursos que tenemos en América.

La brecha digital responde a la falta de recursos económicos, no de otra índole. Porque en otro orden de cosas abunda la capacidad o sobran los ejemplos de compatriotas nuestros que han triunfado allí donde han ido.

Hay también una brecha que va desde los países enriquecidos hacia los empobrecidos. Hay también una cuestión pendiente que ellos tienen que resolver en este camino de ida y vuelta: es la cuestión de dejar de mirarse el ombligo, valorar y no temer a las ventajas competitivas que les ofrecen los demás países fuera de Europa y Estados Unidos y tejer un puente en donde se enteren de una vez y para siempre que el mundo es mucho más extenso y enriquecedor de los que ellos imaginan mientras sus propios medios de comunicación intentan hacerles ver que todo pasa por la Unión Europea y el Gran Hermano del Norte.

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