13 de octubre de 2004

Herramientas colaborativas en formación continua

Margaret Driscoll, Ph.D.

FUENTE: http://www.clomedia.com/content/templates/clo_feature.asp?articleid=652&zone
Traducción: Flavia Ricci


Recientemente fui consultada por un grupo de estudiantes de los grados más altos en Recursos Humanos acerca de las tendencias de la formación en el lugar de trabajo. Los estudiantes investigaban a los adultos que se inscriben en programas de tarde. Comencé mi charla pidiéndoles a los alumnos que me contaran acerca de sus experiencias de formación, qué les había gustado y qué no. Había pensado este ejercicio para utilizarlo como una transición entusiasta hacia las posibilidades ilimitadas ofrecidas por la formación basada en la tecnología. En cambio, se convirtió en una letanía de quejas.

Las quejas podrían clasificarse en tres clases: la experiencia solitaria del estudiante, el método de la respuesta correcta y la falta de una formación útil y significativa. Algunos estudiantes hablaron acerca de su experiencia de aislamiento, al estar horas frente a lo que ellos denominaron una sucesión de páginas para leer o escuchar a alguien “inserto” allí. Incluso el aula virtual fue criticada por ser ‘tan participativa como mirar televisión’. También los estudiantes que eran principiantes experimentaban una sensación de frustración técnica. Había un resentimiento masivo acerca de los programas de e-learning que empleaban la técnica de múltiple-choise. Los estudiantes sentían que las respuestas eran a menudo injustas, porque había respuestas alternativas correctas que no se les reconocían. En algunos casos, no haber respondido de forma ‘correcta’ significó que los estudiantes tuvieran que retomar algunas secciones del programa. Finalmente, los estudiantes se quejaron porque lo que aprendían no era significativo. Los programas eran muy generalistas como para focalizar en sus intereses y alto nivel a la hora de proveer una experiencia valiosa.

Mi ejercicio abierto no logró lo que me proponía, pero me sirvió para mi charla. Una de las tendencias dentro de la formación en el lugar de trabajo es el aprendizaje colaborativo, informal y formal. La proliferación de tecnologías que ayudan a la gente a comunicarse y trabajar juntas ha hecho del aprendizaje informal algo en auge. Tenemos probablemente todo enlazado en cuanto al aprendizaje informal. Consideremos esta situación: durante una llamada telefónica de un cliente, sobreviene una inesperada pregunta acerca de cómo realizar un video, y un empleado pregunta a uno de sus pares a través de un programa de mensajería instantánea cómo calcular los costos para desarrollar un video de 60 minutos. Un equipo que prepara una presentación para una compañía farmacéutica invita a un experto en marketing farmacéutico a un encuentro virtual para revisar la presentación. Un representante de ventas está teniendo inconveniente usando una herramienta de pronóstico, pero utilizando una herramienta colaborativa, un compañero de equipo le demuestra cómo ajustar la probabilidad del cierre y el valor del dólar.

“ Internet ha colocado el aprendizaje informal en los esteroides. Insertar la formación dentro del trabajo tendrá un impacto muy grande en el funcionamiento e innovación en un mundo que funciona por demanda”, dijo Nancy De Viney, Gerente General de Formación de IBM. “Hacer la formación viable para los estudiantes cuando la necesitan y permitir que aprendan de una forma más colaborativa en el día a día permitirá nuevas ideas, mejora de las decisiones y las soluciones innovadoras que conducen el valor de un negocio”.

El aprendizaje colaborativo formal no ha ido tan bien en la era del e-learning. No ha podido competir con la idea de los estudiantes trabajando solos en su propio mundo, la búsqueda de la interpretación de un comportamiento mesurable y la promesa de obtener mayor retorno de la inversión reduciendo el tiempo de aprendizaje.

Lo más llamativo acerca de las carencias del aprendizaje colaborativo formal es el hecho de que las empresas especializadas en formación que llevan a cabo soluciones de e-learning están inundadas de herramientas colaborativas. Hoy, los departamentos de formación están equipados con al menos dos de estas tecnologías: clases virtuales, mensajería instantánea, foros de discusión, chat, aplicaciones colaborativas, correo electrónico, e-meetings, dispositivos móviles o áreas de trabajo virtuales. Dada esta riqueza de instrumentos, el déficit de la enseñanza colaborativa formal tiene que deberse a una falta de la comprensión del valor de esta estrategia de aprendizaje o una falta de buenos ejemplos.

El valor educativo de la colaboración formal

El aprendizaje colaborativo es una estrategia instructiva en la cual los estudiantes trabajan en grupo en pos de una meta común. En el proceso de aprendizaje colaborativo cada miembro contribuye, con la intención de mejorar los logros de los demás. Como resultado, el aprendizaje colectivo es mayor que la suma de partes. Mientras que no todos los temas se adaptan a un aprendizaje colaborativo, se lo puede considerar cuando alguien enseña habilidades de pensamiento complejo como la síntesis, análisis y evaluación. Por ejemplo, el aprendizaje colaborativo es recomendable para enseñar habilidades de supervisión a los gerentes de primera línea.

El aprendizaje colaborativo alienta a los miembros del equipo a argumentar o discutir verbalmente cómo resuelven problemas, forzándolos a articular la información y el conocimiento explícito.

Las investigaciones han demostrado que los entornos de aprendizaje colaborativo son más efectivos que los entornos competitivos o individualistas. Los investigadores han sugerido algunas razones:

El estudiante que aprende mejor es aquel que organiza, realiza sumarios, elabora, explica y defiende sus ideas en el proceso colaborativo.
El mayor aprendizaje tiene lugar en un ambiente de ánimo y apoyo entre pares, porque los estudiantes trabajan más duro y durante más tiempo.
Los estudiantes se benefician al trabajar con compañeros que estén más capacitados.
Los estudiantes menos capacitados no son marginados como oyentes pasivos, sino que participan en estrategias de resolución de problemas.


No hay ninguna obligación de utilizar la tecnología en la formación colaborativa, como tampoco la tecnología es imprescindible para que haya un entorno colaborativo en nuestro sitio de trabajo. Pero recientemente, algunos expertos han observado que los lugares de trabajo que son colaborativos tienden a ser sinónimo de utilizar las tecnologías. En el aprendizaje colaboratico esto no es así. De hecho, el aprendizaje colaborativo ha desaparecido. Una de las razones puede ser la falta de buenos ejemplos.

Regreso al aula virtual

En muchas organizaciones, las clases virtuales son sinónimo de presentaciones en PowerPoint. Estos programas se basan en dar información a un estudiante pasivo en una sola dirección, una especie de “prestar atención”. Consideremos el cambio de formato de las aulas virtuales para explotar las herramientas colaborativas como habitaciones de descanso, con juegos y sonido estéreo.

Los casos de estudio son estrategias infrautilizadas para el aula virtual. Son parte de una estrategia colaborativa efectiva que genera interesantes situaciones reales dentro de la clase virtual. Esta estrategia fuerza a los alumnos a trabajar en equipos, analizar hechos, considerar puntos de vista alternativos y tomar decisiones. Los casos de estudio no son una bala de plata, pero son efectivos para enseñar habilidades relacionadas con la toma de decisiones.

Si usted ha escrito un caso de estudio tradicional entenderá el cambio que supone escribir un caso que se atenga a los hechos y deje a los estudiantes el análisis y las conclusiones. Los estudiantes tendrán que leer el caso de estudio antes de clase si usted desea maximizar el tiempo. Durante la clase virtual, focalice en discusiones y casos de trabajo. Redacte preguntas que orienten a los estudiantes y destaquen los puntos clave. No subestime las habilidades que necesita como “facilitador”. Él o ella tiene que ser capaz de navegar en el aula virtual con comodidad y el enfoque para facilitar los casos de estudio.

Si no tiene un aula virtual, no desespere. Esta estrategia también funciona con software de encuentros virtuales o video-conferencia. Las herramientas que usted debe tener son una plataforma compartida con audio en tiempo real y navegación en la web para encontrar reportes anuales, rayos X y bases de datos. Si usted necesita una hoja de cálculo compartida, entonces es esencial la aplicación para compartirla (ver figura 1)

Figura 1. Casos de estudio colaborativos
Estrategia: los casos de estudio colaborativos diseccionan los problemas de la realidad, desafiando a los estudiantes a trabajar juntos para analizar hechos, evaluar alternativas y llegar a una conclusión.
Situación: use esta estrategia educativa para desarrollar las capacidades de toma de decisión que deban provenir de un análisis, elección y persuasión acertadas. Por ejemplo, use casos de estudio para enseñar habilidades de gestión, diagnósticos médicos o liderazgo.
Pros:

Relacionar a los estudiantes con auténticos problemas.
Problemas importantes – habilidades de resolución.
Mejorar la capacidad de los estudiantes para pensar y razonar rigurosamente.

Contras:

Escribir un caso de estudio lleva tiempo y requiere de habilidades.
El facilitador necesita tener habilidades en la gestión de las clases virtuales y en los casos de estudio.
No es aplicable para cada tema.

Tecnología colaborativa: Aula virtual, reuniones virtuales o video-conferencia con las siguientes herramientas:

Aplicaciones compartidas.
Audio en tiempo real.
Navegación por la web.
Plataformas.



Considerando el entrenamiento virtual (e-coaching)

Si usted ha comprado un catálogo de cursos de e-learning y dominó los conceptos y varios temas de gestión, tal vez sea tiempo de entrenamiento (coaching). Esta estrategia colaborativa es directa, personal y, en algunos casos, “en tu cara”. Los entrenadores virtuales (e-coachers) pueden trabajar de forma agresiva con sus alumnos para extraer sus habilidades clave en un entorno virtual de “uno a uno”.

El e-coaching es un entrenamiento a través de Internet que ayuda a los empleados a mejorar su funcionamiento y a construir un entorno de trabajo colaborativo. El entrenador o coach y el alumno trabajan juntos en la definición de las metas, los medios para lograrlas y los pasos a seguir.

El e-coaching beneficia a los estudiantes que quieran aprender de un coach que de otra forma sería inaccesible. Utilizando el correo electrónico, la mensajería instantánea y el teléfono, un hábil experto puede estar disponible para un estudiante en cualquier parte del mundo. Los estudiantes y coachs que están en el mismo lugar también pueden beneficiarse con las herramientas tecnológicas flexibles.

Encontrar buenos e-coachers y lograr una buena interrelación es más difícil de lo que parece. Una parte esencial en el desarrollo de estos programas será ser claros y explicitar qué clase de habilidades serán capaces de construir, sin tener en cuenta la distancia. Los mejores programas de entrenamiento (coaching) ponen en práctica una formación mixta, permitiendo al entrenador y al estudiante complementar la formación virtual con sesiones cara a cara. No hay qué reemplace a un formador viendo a un alumno entregar una presentación, hacer una promoción de ventas, responder preguntas o manteniendo la calma cuando interactúa con clientes.

La tecnología utilizada en el e-coach es simple. Estos programas confían en el uso del correo electrónico para colaborar como más les convenga a los alumnos. Si el coach y el alumno tienen un programa de mensajería instantánea (MI) tendrán grandes oportunidades de colaborar y hacer preguntas en tiempo real. Los teléfonos ofrecen una tecnología cómoda y confiable que puede complementarse con el correo electrónico. Esto significa que el coach puede recibir el borrador de una presentación una hora antes de la entrega y sugerir los cambios necesarios por teléfono (Ver figura 2).

Figura 2- e-coaching
Estategia: el e-coaching provee una formación personalizada y se lleva a cabo con alguien que puede desarrollar habilidades en su trabajo.
Situación: utilice esta formación para desarrollar habilidades específicas con quienes se beneficien con una atención personalizada. Por ejemplo, utilice este tipo de formación con alguien que desea mejorar su habilidad para escribir, para profundizar en el proceso de toma de decisiones y para construir poder de análisis.
Pros:

Hace más accesibles los recursos escasos o distantes.
Se adapta a las agendas ocupadas.
Provee una formación personalizada y focalizada.
Contras:

La interrelación puede ser complicada
Las habilidades y competencias están limitadas a aquellos que pueden desarrollarlas a distancia
No debe ser utilizada como una estrategia para permanecer aislado
Tecnología: es mejor como parte de una formación mixta (presencial y virtual), utilizando:

Correo electrónico
Mensajería instantánea
Teléfono


Démosle a los juegos una oportunidad

Los juegos colaborativos incluyen simulaciones y juegos de rol entre los participantes, que aprenden a través de la interacción con los demás dentro de las reglas del juego. Los juegos colaborativos les permiten a los alumnos trabajar juntos en la resolución de un problema, como averiguar los mejores servicios de asistencia médica (el juego de la Asistencia Médica), aplicar un concepto como la gestión del sistema de suministros (el juego de la cerveza del MIT) o reflexionar sobre el resultado de negociaciones internacionales (concurso de negociación del SSHRC).

Los juegos colaborativos pueden ser costosos y llevar mucho tiempo de diseño. Los desafíos son dobles: diseñar un juego que permita la transferencia de habilidades para la aplicación en la vida real y diseñar un feedback a nivel educativo y un testeo del mecanismo. Con la excepción de los juegos basados en conceptos familiares, muchos juegos requieren que los participantes aprendan las reglas. Jugar juegos colaborativos requiere tiempo, pero ellos pueden enseñarnos habilidades mentales de alta jerarquía.

La tecnología que necesitan estos juegos es una mezcla entre software personalizado y herramientas comunicativas. Juegos como los de Asistencia Médica son complementados con un foro de discusión con temáticas y correo electrónico (ver figura 3).

Figura 3- Juegos colaborativos
Estretegia: los juegos colaborativos de formación permiten que los alumnos construyan conocimiento mientras van logrando objetivos entre las interacciones con las reglas.
Situación: utilice esta estrategia para relacionar estudiantes y sostener su interés y esfuerzo. Por ejemplo, utilice juegos para enseñar a resolver problemas, aplicar conceptos y reflejar resultados.
Pros:

· Los juegos requieren que los alumnos estén implicados en el proceso de descubrimiento.
· Los juegos refuerzan la información.
· El aprendizaje a través de los juegos es un proceso socializante y participativo.
Contras:

· Los juegos pueden ser costosos y difíciles de desarrollar.
· La transferencia de aprendizaje puede ser dificultosa.
· El aprendizaje colaborativo requiere tiempo y un grupo para jugar.

Tecnología: Juegos basados en la web (software por encargo) complementado con:

· Foros temáticos
· Correo electrónico


Conclusión

La colaboración formal desapareció por algunas buenas razones: no es tan rápida como las páginas web, no es tan directo como leer y es más complicada de medir que los ejercicios. Por otra parte, la colaboración es una estrategia educativa altamente efectiva para desarrollar jerarquías de pensamiento complejo. La colaboración puede superar muchos de los reclamos acerca del aburrimiento, aislamiento e irrelevancia del aprendizaje, ya que el aprendizaje colaborativo promete transformar a los alumnos pasivos en activos estudiantes.

Muchas organizaciones tienen a su disposición abundantes herramientas colaborativas, pero pocos ejemplos de aprendizaje colaborativo. Las tres estrategias examinadas en este artículo difieren mucho en cuanto a enfoques y procesos, pero comparten la creencia de que los estudiantes se benefician a través de la interrelación con sus pares. Esto significa que el alumno, no es instructor, hace el trabajo de conceptuar, organizar y teorizar acerca de la materia. En otras palabras, los estudiantes realizan ellos mismos el trabajo de aprender.

La colaboración no es una bala de plata. Debe ser usada coherentemente para enseñar los temas apropiados. En algunos casos, el aprendizaje colaborativo es parte de una solución con instancias presenciales y virtuales que se complementan. En otros casos, podría ser la estrategia principal. Si su organización no ha diseñado un programa que utilice una estrategia de aprendizaje de colaboración, piense en implementar un programa y experimentar el poder de la colaboración.

Margaret Driscoll, Ph.D, es miembro de los Servicios de Consultoría en Negocios de IBM en gestión de prácticas de capital humano. Es la autora de “Web-Based Training” desde Jossey-Bass y disertante en eventos nacionales e internacionales de formación. Para más información, escriba a Margaret por correo electrónico a mdriscoll@clomedia.com.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola, me llamo Roberto Ruiz, soy de México.

Oye no se si tu sepas cómo a través de un foro, puedo obtener ideas principales acerca de un tema, es decir, desde la parte técnica, cómo se obtiene la idea general que se estrá tratando en un foro, esto porque estoy investigando sobre herramientas colaborativas y debo enfocarla en una herramienta, por lo que me incline por los foros, ya que los considero de mayor utilidad (educativa) que los chat, es solo que tengo la idea de que la manera de extraer informacion, debe ser tal vez en base a frecuencias de palabras.

Mi idea es crear un foro para que los usuarios comenten acerca de un artículo publicado (educativo), y en base al foro, que intercambien ideas, para posteriormente (por programación) comparar el conocimiento y ver qué puedo extraer de las aportaciones de los usuarios, para enriquecer el objeto de aprendizaje que se les presentó.

Gracias.

reruiz@correo.uaa.mx